Muchos son los desafíos y retos que hemos enfrentado en este atípico año. Hemos visto cómo ha
impactado la tecnología forzando la transformación y digitalización de las organizaciones
impactando los procesos de gestión empresarial. Hemos visto cómo se ha
transformando significativamente y sin importar el sector, la manera en que hacemos y llevamos los
negocios.

La llamada nueva normalidad presenta un reto muy fuerte para el mercado mexicano,
particularmente para la empresa mexicana, y no cabe duda de que seguirá presionando nuestra
realidad para transformar nuestra manera de trabajar en los próximos años.

En este escenario el foco de la tensión no es el consumidor mexicano. Éste no tiene ni tendrá
problemas para abastecerse de lo que necesite, pues empresas locales (o extrajeras que
aprovecharan una eventual oportunidad) se lo proveerán.

No es el mismo escenario para la empresa mexicana sentada al otro lado de la mesa. Ésta se verá
exigida, y de hecho ya lo es, de tres atributos:

1. La incorporación definitiva de la tecnología en la gestión y promoción de los negocios. Se impone
un salto inmediato hacia la adopción de tecnologías de la información y la comunicación que facilitan
la interacción y relación de una empresa y sus clientes, sí, pero que requiere de un mood especial y
de un soporte concreto; inversión en tecnología, sí, pero también capacitación para el mejor uso de
ésta; habilitación técnica, sí, pero también sensibilidad y criterios nuevos que consideren toda la
información que siempre se está generando en una interrelación comercial.
2. El manejo y uso de la información generada. La cotidiana conducta de los públicos de una
empresa y la interacción con ellos genera siempre gran cantidad de información, incluso cuando esa
actividad se detiene. La empresa mexicana se ve exigida también a aprender a manejar esa
información continuamente generada en la escena comercial cotidiana. ¿Cómo convertir todo en
información? ¿Cómo registrarla? ¿Cómo interpretarla? ¿Cómo cambiar el criterio de decisión
habitual para incorporar a la información como algo habitual y crucial?
3. El uso experto y la ejecución atinada. La empresa mexicana se verá exigida también, a elevar los
estándares de desempeño tanto en lo operativo como en lo comercial. El saber aumenta el
desempeño. La curva del aprendizaje tiende siempre a la vertical. Si la empresa mexicana se detiene
en este camino, la extranjera llegará a ocupar su lugar. La empresa mexicana no puede permitirse el
lujo de dedicar todo el tiempo para ella aprender internamente la manera de manejar la información y
ejecutar con acierto. Deberá acudir de inmediato a los ya conocedores, a los manejadores de la
información e incorporar su saber de manera inmediata, pues el enemigo (la competencia extranjera
entrenada en escenarios exigentes y propicios) acecha ya.
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León Mayoral
Publicitario miembro de ASPAC
Por un México bueno, culto, rico y justo.
direccion@leonmayoral.com