Ser capaz de poner la atención donde está la acción es una cualidad de lo más necesaria. Para algunas profesiones es realmente crucial. Para el ejercicio de la Mercadotecnia, para el ejercicio de la Medicina, para el verdadero ejercicio de la Enseñanza, esta cualidad es indispensable; sin ella el profesionista estará como dislocado, imposibilitado de acciones pertinentes y relevantes, porque nunca estará en el momento correcto.

 

Decía Johan Sebastian Bach, ante la pregunta que le hacían sus admiradores sobre su secreto para ejecutar tan excelentemente en el difícil clavecín, “es fácil, se trata sólo de poner el dedo justo en la tecla justa en el momento justo”. Bien, pues tal facilidad no sería posible si uno no ejerce se capacidad de mantener la atención donde está la acción.

 

Esta cualidad nos posibilita ver lo que ocurre y, haciéndonos preguntas correctas, capacitadoras, lograremos entender qué es lo que está ocurriendo. Descubriremos así el problema que enfrentamos, su génesis, su naturaleza, su estructura y, así, podremos entonces idear la forma de resolverlo. Sólo si sabemos ver bien, conoceremos los recursos de que disponemos para solucionarlo, estructuraremos un plan de acción, nos conduciremos por él y terminaremos solucionando ese problema por el cual nos llamaron.

 

Mi profesión, consultor de mercadotecnia, tiene un segundo nombre, resolvedor de problemas. Creo que algunas profesiones gozan también de ese segundo nombre. Y digo gozar porque es verdaderamente un gusto colaborar para resolver algún problema de una empresa. Quienes nos dedicamos a ello sabemos que cada vez que logramos dar soporte a un empresario y su grupo humano hacia la mejor cristalización de sus ideales, estamos contribuyendo a la edificación de un México mejor, con empresas dignas y fuertes, creando riqueza honorable y bien habida, en favor de las naturales necesidades de ciudadanos y sus familias, participando en la justa distribución de estos tesoros mensuales.

 

Conveniente me parece aclarar por qué utilizo el término problema. Siempre estamos enfrentando situaciones desconocidas, ¿cierto? Condiciones que no conocíamos y cuya solución y resultados sólo podemos soslayar e intuir, pero no asegurar. Eso es un problema, una situación desconocida que, afortunadamente además, estimula nuestro intelecto, nuestro entusiasmo y nuestra creatividad para proveer una salida y feliz resolución, tal como se espera de nosotros.

 

Todo empieza en poner atención donde está la acción. Darnos cuenta de los componentes del problema, los elementos que componen la situación, los factores que integran el conjunto, su sistema de relaciones, sus vectores de influencia, los emisores de energía, los generadores de conflicto, las coyunturas y sus consecuencias, los medios de conexión, los recursos al alcance, y un estimulante etcétera. Sólo si tenemos desarrollada nuestra capacidad de atención podremos ver y descubrir el mecanismo de cada situación y resolverla a favor de la mejor versión que se espera.

 

Esa cualidad, la capacidad de poner la atención donde está la acción, es necesario, es posible y es justo desarrollarla.

 

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León Mayoral

Por un México más bueno, más rico, más justo y más culto.

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La atención a la acción