Mucho hemos vivido en estos sorpresivos meses de pandemia; mucho hemos aprendido en esta cuarentena aún en marcha. Las preocupaciones individuales y familiares se suman a las laborales y empresariales, que son la misma: se cae el negocio, ¿qué pasa con nuestros ingresos?

La calma en nuestra mente puede ayudarnos a ver ciertos vectores clave que si los conectamos adecuadamente nos pueden significar la solución de las preocupaciones de una empresa.

El mercado se nos movió -¡paradójicamente!-, no lo encontramos en las rúas habituales; pero se sigue moviendo a través de los caminos digitales del internet.

Las necesidades de nuestro público siguen vigentes y funcionando, pero ha encontrado nuevos proveedores de satisfactores en ese entramado digital.

Algunas empresas que han ingresado como nuevas, o que ya estaban en internet, han implementado una estrategia de precios bajos, sea para promoverse o para destacarse, y siempre para captar clientela.

Así que la situación claramente propicia (o presiona) para que entremos de lleno a la cyber-arena, lejos de quedarnos callados esperando a que la tormenta amaine.

Si nuestros públicos ya no vienen por la calle, debemos nosotros ir a ellos a través de las herramientas digitales que son muchas y diversas.

Si nuestros públicos han encontrado nuevos proveedores, debemos hacerles recordar y valorar el buen servicio y relación que hemos construido.

Si la gente no nos encuentra en internet, reaccionará igual que si no existiéramos (si no estás en los medios, no existes). 

En internet, en sus diversos canales, anda la gente, nuestros colaboradores, nuestros clientes, los prospectos que quisiéramos como clientes, también los clientes de nuestra competencia, y nuestra misma competencia. También las familias y conocidos de todos ellos.

Es importante, pues, que entremos de lleno a este torrente de comunicación efervescente que es parte de la nueva normalidad. 

Debemos mantener la comunicación, hoy más que nunca; en este momento más que en ningún otro.

Debemos estar en internet, porque si no estamos allí, no existimos.

Debemos tener una comunicación atractiva -en imágenes y textos- porque si no captamos la atención del público no se detendrá a vernos y oírnos.

Debemos proveer una información agradable, así el público compartirá nuestro mensaje extendiéndolo.

Debemos dar información relevante, importante en especial para cada tipo de público de nuestro interés, así ellos se sentirán tomados en cuenta y comprendidos y reaccionarán en correspondencia.

Debemos resultar sorpresivos para que nuestro mensaje sea memorable y nos graben en su mente y consciencia.

Debemos provocar una acción en un tiempo determinado, porque los tiempos limitados estimulan la decisión.

Debemos registrar todo, acciones y sus resultados, así aprenderemos conforme avanzamos y dominaremos mejor el paso por venir.

Hoy más que nunca, hacer publicidad -y hacerla bien- es el control que debe explorar la empresa, es su seguridad.

 

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León Mayoral 

Publicitario miembro de ASPAC

Por un México bueno, culto, rico y justo.

direccion@leonmayoral.com